Especial para M&D HappyTravel / Textos y Fotos MERYS FIGUEROA y DAVID TAMARIZ /
Desde hace muchos años, la ciudad de Venecia, en Italia, es un ejemplo del turismo excesivo. La ciudad de los canales ha llegado a su límite. Es una de las ciudades más amadas, codiciadas y queridas de todo el mundo, pero quiere poner una solución a su gran problema: la masificación turística.
Un límite que ha llegado por la reciente amenaza de la Unesco de retirarle el estatus de Patrimonio de la Humanidad. Las autoridades llevan tiempo buscando una forma de controlar la situación y la reciente amenaza de la Unesco acentúa la urgencia.
Pagar para visitar
Será la primera ciudad del mundo en exigir el pago de una cuota de entrada, con un sistema que solo permita la entrada a la ciudad a los visitantes de un día que tengan reserva. El plan se anunció antes de la pandemia y luego se congeló, ya que la ciudad quedó devastada por la escasez de turistas.
Ahora, el alcalde de la ciudad ha anunciado que los visitantes podrán hacer sus reservas a partir de este verano y que la entrada con costo se aplicará a partir de enero de 2023.
Los turistas que deseen visitar Venecia (Italia) deberán reservar su estancia y pagar por entrar a la ciudad de los canales, a través de unos tornos situados en los principales puntos de acceso del centro histórico, ya posiblemente a partir de enero de 2023, la medida, que se ha retrasado por la pandemia entrará en vigor el próximo año.
La entrada en Venecia, llamada a ser la primera ciudad del mundo con entrada calculada y de pago, podría costar entre 3 y 10 euros, en función del día y de la cantidad de personas prevista.
El dato más alarmante es que Venecia es visitada cada año por 28 millones de turistas, el doble de los que está en condiciones de recibir. Cada día son menos los residentes y más los visitantes. En 1961, Venecia estaba habitada por 137.150 personas; en este 2021 la cifra de residentes está por debajo de 51.000.
Turismo masificado
La medida pretende que la ciudad deje de ser un ejemplo del turismo masificado con largas colas y altas tasas de aglomeración, así como para mejorar la vida de sus habitantes.
Esta medida es pionera en el mundo y no pretende otra cosa que mejorar la vida de los habitantes de Venecia, inundados por turistas que visitan la ciudad en un solo día, que ensucian sus calles y que no dejan dinero a los comercios locales de Venecia. Y la mejor solución para ellos ha sido ponerle un precio a su entrada.
El precio para visitar la ciudad dependerá de la temporada en la que se escoja. Los días festivos y en los que la ciudad más se masifica tendrán un precio más alto, mientras que los días más tranquilos tendrán un precio más bajo.
Concretamente los precios oscilarán entre los 3 euros para un día tranquilo y poco masificado, y que podrá extenderse hasta los 10 euros para días con una mayor afluencia de personas.
La tasa solo se cobrará a visitantes de un solo día. No todo el mundo tendrá que pagar esta tasa, ya que lo que se pretende es acabar con el turismo descontrolado y de un solo día. Es por eso que las personas que pernocten al menos una noche en Venecia estarán exentos de pagarla.
Una medida que, por otra parte, pretende que los turistas se tomen las visitas más calmadamente, que disfruten de la ciudad poco a poco y que se alejen de las visitas exprés a una de las ciudades con más historia y encanto de todo el planeta.
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